sábado, 31 de enero de 2009

te vas y me dejas


Tengo mi mochila repleta de trocitos de nosotros. De aquellos intensos momentos que me hacen pensar lo sola que me veo sin ti y tus miradas, sin ti y tus besos, sin ti y tus te quiero’s. Es asombroso como guardo cuidadosamente estos recuerdos en mí. Te repetí unas mil veces que no escaparas de mi lado, que no dejaras mi corazón sin que palpitara y en un interminable invierno... pero tú no hiciste caso. Marchaste... aún recuerdo cómo te alejabas con tus queridos vaqueros y tu camisa a rallas. Y ahí me quedé, sola, intentando que no cayeran las malditas lágrimas que escondían mis ojos. Y mientras te alejabas, te miraba sin quitarte los ojos de encima, observando, ya borrosa, tu silueta que iba alejándose poco a poco... muy poquito a poco de mí.

martes, 27 de enero de 2009

monotonía

"Me costaba creer que pudiera ser así. Hasta ahora, todo transcurría de una forma monótona y aburrida. Dejabas que pasaran las horas sin sacarle ningún provecho, todo te daba más bien igual. Te levantas día a día, te mirabas al espejo... y otro día más –pensabas-. Te fijabas en la multitud de gente que te rodeaba. Algunos corrían arriba y abajo intentando robarle la mirada a algún que otro chico, otros sentían tal miedo que no conseguían ver los colores de la vida y caían rendidos. Quizá me sentía como el de este sector -pensé-. Sentía la lejanía de todos aquellos kilómetros entre esos sentimientos y yo. Era como si me hubieran encerrado para no poder ver más allá que a simple vista. Como si estuviera encerrada intentando conquistar el mundo pero sin éxito o como si todas las demás personas se situaban en el núcleo y a mi me hubieran echado a patadas hasta que me arrastraron para quedarme al margen. Ya me había acostumbrado a quedarme en aquella frontera del mundo, en aquél borde, mirando delicadamente aquél mundo tan lejos de mí. Me acostumbré a tener el corazón apagado, sin luz, y sin que las palpitaciones aceleraran... hasta que apareció él."

viernes, 23 de enero de 2009


Tú tampoco te salvas. Aquí no hay semáforos, ni rotondas, ni ningún stop... nada que nos advierte antes de tener un accidente. La cuestión es llevar siempre los ojos abiertos para intentar ver más allá de las verdades y las mentiras, de las personas. Traspasar la ropa, la piel, alcanzar la memoria, los pensamientos y cuando creas que no hay nada más, que todo parece oscuro, que llegas al final, podrás ver los recuerdos. Si ya lo habréis oído todos... El típico flash back que te somete en otro mundo. Que cierras los ojos y que por unos momentos te dejas llevar por el recuerdo, por la imaginación. Entonces es cuando los vuelves abrir y te chocas con la cruda realidad.. Que ya puedes llevar salvavidas... que aquí, nadie se salva.

sábado, 10 de enero de 2009


Esta es Diana, tal cual. Es la Diana que se levanta todas las mañanas con sueño y mal humor. La que se dormía en las clases cuando iba a párvulos y la chica que, en primaria, echaban siempre de clase por no poder parar de reír. Es la misma que necesita unas gafas (que ni tiene, ni tiene intención de tenerlas) porque no ve tres en un burro. La que nunca diría que no al ir una tarde a un centro comercial, la que pasaría horas enteras hablando por teléfono y la que intenta ser lo menos superficial que puede. Ésta es Diana la que lee todos los días y la que tiene una larga lista de libros para leerse en un futuro próximo. Es vengativa, detallista, cabezota y perfeccionista. Es quien puede desahogarse fácilmente con cualquiera, o, según el día, no le pueden sacar ni una sola palabra de lo que piensa. Es paranoica, infantil y le va la vida cara. Es Di a la que cinchaban sus dos hermanas mayores cuando era más pequeña. Impulsiva, decidida, impaciente y borde. Miente, finge, y todos la creen. Odia la impuntualidad. Se acelera y se entristece como quién enciende y apaga una luz. Es 'antes muerta que sencilla'. Simplemente, soy yo.