martes, 24 de marzo de 2009
L o v e
Verás, quizá nunca te habías dado cuenta del temblor de mi cuerpo al aproximarte hacia mí, ni al tartamudeo de mis palabras al escuchar tu voz. Y es que cuando te tengo a pocos pasos me moldeas de tal manera que en lo único que soy capaz de pensar es en ti y entonces todo nuestro entorno desaparece y sólo nos quedamos tú y yo, cara a cara. Y te miro a los ojos sonrojándome y tú sigues hablando sin más, y sin darte cuenta que todo tú me has dejado completamente perpleja y sin voz para responderte ni contarte con lo mucho que me convierto cuando me sonríes con aquella sonrisa tan pícara que es capaz de elevarme hasta al cielo y aterrar en el suelo al mismo tiempo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario